No soy muy pro cine francés, de hecho soy bastante todo lo contrario, pero me he llevado una grata sorpresa con esta película de Cristophe Gans. Me esperaba una película bastante más empalagosa y lenta, por no hablar de mis bajas espectativas en cuanto a efectos especiales se refiere. Pues la verdad es que no, dentro de lo que cabe, la credibilidad de los personajes, así como su interacción con la representación humana, es bastante buena (quizás una bestia muy poco bestia, pero eso ya supongo que será elección del creador). La música ayuda bastante en los momentos de tensión, y la única pega que puedo sacarle en cuanto a ejecución, y esto es bastante personal, es la sobreutilización de cambios de enfoque rápidos para mostrar detalles bastante insustanciales, pero lo dicho, esto es algo que personalmente no me gusta.
En cuanto a reparto, al ver aparecer a Eduardo Noriega he dicho: "¿Y este que hace aquí?, ¿Y haciendo de malo?". Bueno no es que me guste mucho este actor, pero la verdad es que papelón tampoco hace. Léa Seydoux dentro de lo normal, aunque por lo que recuerdo, bella era morena, quizás habría estado mejor una actriz algo más fiel al papel original. Vincent Cassel, en el papel del principe convertido en bestia, es probablemente lo más notable de toda la película en cuanto a actuación se refiere, pero el pobre hombre no acumula un total de más de diez minutos. En general he observado unos papeles demasiado sobreactuados que en algunas ocasiones hacen de la película algo más denso, pero tampoco hasta límites exagerados.
En definitiva, es un filme que entretiene y que deja disfrutar de una historia tradicional con pinceladas nuevas, que utiliza cambios de espacios en un mismo plano para crear esa atmósfera fantástica y que, al fin y al cabo, se acerca mucho a las superproducciones americanas del género que estamos viendo en estos últimos años.
NOTA: 6,5/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario