La ladrona de libros, una historia diferente.

La ladrona de libros narra la historia de la vida de una pequeña niña de familia comunista en un pueblo alemán en la época nazi. Ya solo diciendo esto nos podemos imaginar el tormento que tiene que aguantar la pobre protagonista.
La película de Brian Percival destaca por ese tono grisaceo que define a la imagen y acompaña perfectamente al argumento que se nos plantea. El director aplica una estética triste, apagada y en ocasiones ennegrecida, solo viendo la portada nos podemos hacer una idea, pero la verdad es que no habría mejor forma de contarnos lo que se nos cuenta.
Geoffrey Rush interpreta el papel del padre adoptivo, totalmente humano a pesar de la situación en la que se encuentra. Sin embargo el mérito se lo lleva Sophie Nélisse interpretando el papel principal, un papel con muchísimos matices que son interpretados de tal forma que excita cualquier sentimiento del espectador.
Me gustaría recalcar que el film es una manera distinta de contarnos cómo se vivió dicha época, ya que quizás estamos acostumbrados a la versión americana. No todo el pueblo alemán defendía la causa y este es un claro ejemplo de ello. La agonía, la oscuridad, el miedo y el perder a todo aquel que nos rodea es lo que nos muestra la película, sin olvidarnos en ningún momento la actitud nazi (sobre todo hacia la cultura, como el propio nombre indica).
Liesel (así es como se llama la pequeña prodigio) pierde a todas las personas con las que logra entablar una relación, pero dentro de todo este sufrimiento no se evita mostrar una pequeña luz brillante en los últimos momentos. Encontramos también un narrador que aparece en pocas ocasiones y al principio resulta incomprensible, pero es la muerte, sabiamente elegida, la que nos ilumina y nos explica, volviendo a dar ese caracter distinguido a la película.
Magnifica banda sonora, prácticamente tocada toda por el padre con su acordeón, objeto que lo define a la perfección y le ayuda para acompañarnos tanto en los momentos tristes como en los más felices.
El final de la película (y a partir de aquí viene el spoiler) termina dándole la palabra a Liesel, quién repetía constantemente que todo aquel al que quería se marchaba. Quizás no esperaba la muerte del padre, bastante sorprendente, al contrario que la aparición de Max al final, totalmente predecible.
En definitiva, es una película sensible que nos hace sentir todo lo que vemos además de mostrarnos esa otra cara de la 2º Guerra Mundial, totalmente recomendable.

NOTA: 7,5/10